Jeremías 17; 7-8 y 13-14
Bendito el varon que confía en Jehová y cuya confianza es Jehová. Porque sera como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echara sus raíces y no vera cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigara ni dejara de dar frutos (7-8) ¡Oh Jehová, esperanza de Israel! Todos los que te dejen serán avergonzados; y los que se apartan de mi serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas. Sáname oh Jehová, y seré sano; sálvame y seré salvo; porque tu eres mi alabanza. (13-14)
Señor Dios cuantas veces me has de hablar de la confianza en Ti y la esperanza. No rendirme, no olvidarte, no alejarme. Mi Dios, Gracias porque nunca me abandonas. Se que en este proceso de buscarte y pedirte fuerzas y tu mano para poder caminar, me pides Tu a mi, que confíe en Ti. Sabes Papito Dios, por eso vengo a Ti porque confío en Ti y se que Tu eres el único poderoso para sanar mi vida y salvarme de toda maldad. Protégeme Dios como hasta hoy. Gracias, Gracias. Pongo toda mi vida en Ti, Padre amado, entrego mi vida a Ti. Tu guiaras mis pasos, recibe señor mi vida. Quiero sentir Tu bendición, tu gracia. Enséñame a hablarte, a dirigirme a ti, darte alabanza, así como Tu lo deseas. En Ti confío, en Ti esta mi vida. En Ti esta mi sanación. En Ti mi salvación.
Bendito el varon que confía en Jehová y cuya confianza es Jehová. Porque sera como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echara sus raíces y no vera cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigara ni dejara de dar frutos (7-8) ¡Oh Jehová, esperanza de Israel! Todos los que te dejen serán avergonzados; y los que se apartan de mi serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas. Sáname oh Jehová, y seré sano; sálvame y seré salvo; porque tu eres mi alabanza. (13-14)
Señor Dios cuantas veces me has de hablar de la confianza en Ti y la esperanza. No rendirme, no olvidarte, no alejarme. Mi Dios, Gracias porque nunca me abandonas. Se que en este proceso de buscarte y pedirte fuerzas y tu mano para poder caminar, me pides Tu a mi, que confíe en Ti. Sabes Papito Dios, por eso vengo a Ti porque confío en Ti y se que Tu eres el único poderoso para sanar mi vida y salvarme de toda maldad. Protégeme Dios como hasta hoy. Gracias, Gracias. Pongo toda mi vida en Ti, Padre amado, entrego mi vida a Ti. Tu guiaras mis pasos, recibe señor mi vida. Quiero sentir Tu bendición, tu gracia. Enséñame a hablarte, a dirigirme a ti, darte alabanza, así como Tu lo deseas. En Ti confío, en Ti esta mi vida. En Ti esta mi sanación. En Ti mi salvación.
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